Flatland, o la circunferenciatura de la burbuja
Hoy
observaremos a la burbuja, una burbuja normal y corriente, atravesar
un plano y convertirse en circunferencia. No es que la vayamos a
cortar en pedacitos, si no que la veremos desde un punto de vista
inusual. Y para ello tenemos que trasladarnos al mundo de Flatland
(Planilandia para los castizos).
Hace
ya muchos años que oí hablar de este libro, pero cuando realmente
me animé a leerlo fue cuando se lo escuché nombrar a Sheldon
Cooper. Si no sabes quien es Sheldon te estás perdiendo una de las
sitcoms (comedia de situación) más geniales y estimulantes de la
historia: The Big Bang Theory (la tontería evolutiva esa).
Volviendo
a Flatland, el libro en sí es una demostración matemática de lo
limitado de nuestro conocimiento, tomando como conocimiento la
capacidad de observar y entender nuestro entorno, o los múltiples
entornos posibles en los que podríamos estar metidos sin darnos
cuenta. La teoría de Flatland no demuestra que existan otras
dimensiones, pero sí que, de existir, no podríamos de ninguna
manera ser conscientes de ello. Más aún, las manifestaciones que
pudieran tener lugar de esas otras dimensiones en la nuestra (en
nuestras tres dimensiones, para ser exactos) darían lugar a
fenómenos “misteriosos” e incomprensibles a los que posiblemente
llamaríamos “fantasmas”. Y sabiendo que para matar a un fantasma
basta con decir su nombre, como ha ocurrido en innumerables ocasiones
a lo largo de la historia, por ejemplo, cuando pensábamos que el sol
era un dios hasta que aprendimos a observarlo con criterio, vamos a
matar a unos cuantos fantasmas hoy.
Para
ello nos adentramos en Flatland, que como su propio nombre indica, es
un universo de sólo dos dimensiones, es decir que todo ser que
habite en él, carece del atributo altura. Estamos ante unos seres que
son como manchas de tinta en un papel, y sólo disponen de largo y
ancho para definir sus formas. Ese plano en el que habitan (que no
tiene por qué ser una hoja de papel en sí misma, sino las
delimitaciones de su universo) puede ocurrir que sea atravesado por
un ente tridimensional en un momento determinado, ya que el plano aún estando limitado a dos dimensiones puede estar
situado en un espacio tridimensional más amplio, desconocido para
sus habitantes. Así, nuestra querida burbuja, que por lo que a mi respecta podría ser una
pompa de jabón viajando por ese espacio tridimensional, atraviesa el
plano y es observada con estupor por nuestros amigos bidimensionales.
Lo único que serían capaces de observar desde sus dos dimensiones sería un punto que aparece
de la nada, para convertirse inmediatamente en una circunferencia, que comienza a crecer abarcando cada vez más espacio y tras alcanzar su
momento álgido, vuelve a decrecer, encogiendo cada vez más hasta
convertirse otra vez en un punto que se desvanece en la nada. Estos
seres dirían con toda probabilidad que acaban de presenciar un
milagro, o que se les apareció un extraterrestre, o darán alguna otra explicación al alcance de su conocimiento limitado. Hasta que un día
aparezca en el plano un Einstein capaz de intuir y describir la
posibilidad de que el espacio sea flexible y ofrecer entonces una
explicación. Pero ningún habitante de Flatland, ni siquiera nuestro
mini Einstein será nunca capaz de entender una tercera dimensión a
través de sus sentidos. Y por mucha imaginación que le echen, lo
único que presenciaron es el paso de una pompa de jabón atravesando
su limitado espacio.
Y
ahora dime, como te quedas?



